A la vista del fracaso de las
pasadas elecciones españolas, Izquierda Unida y Podemos han unido fuerzas de
cara al sufragio del 26 de junio.
“El acuerdo garantiza a IU al menos una
sexta parte de los escaños en el Congreso que logre la coalición que, según sus
previsiones, podrían ser en conjunto 58, sin contar con las
alianzas territoriales de Podemos en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia. El objetivo de la alianza es “recuperar
el país en favor de las clases populares”, “las mayorías sociales y ganar las
elecciones al PP”, recalcaron los partidos de Pablo Iglesias y Alberto Garzón.”
(Fuente: El País)
Está claro que en nuestro país, la derecha ya no es
mayoritaria: simplemente está más unida en un solo partido. En las anteriores
elecciones del 20 de diciembre, España dio a conocer su deseo de cambio de
gobierno, pero como hemos podido comprobar los votos no han sido suficientes.
La (injusta) ley d’hont, hace que a unos partidos les
cueste hasta cuatro veces más conseguir un escaño. Este es el caso de Izquierda
Unida, que necesitaba más votos para lograr uno, frente a los que necesita el
Partido Popular.
La
confirmación del acuerdo entre ambos partidos fue difundida por ambos
dirigentes en las redes sociales. Como acto de unión, Garzón e Iglesias grabaron
juntos un vídeo en la Puerta del Sol en el que anunciaban el hecho.
Desde mi punto de vista, esta unión es completamente
estratégica. Ambos partidos son de izquierda, y se necesitan. Esta teoría se
refuerza porque aunque la
campaña será conjunta, cada organización tendrá libertad para organizar sus
propios actos, tal y como han revelado dirigentes de ambos partidos en
declaraciones públicas. Según las encuestas, ‘Unidos Podemos’ (nuevo nombre de la
coalición) se alzaría como segunda fuerza política, dejando al Partido Popular
casi sin posibilidades de la mayoría absoluta necesaria para gobernar.